jueves, 23 de octubre de 2014

Estar de NO o estar de SI...


Una se levanta un día de No, o de entrar en barrena, o de cabeza descontrolada o de todo junto. Y es que desde que tengo uso de razón siempre he andado un tanto chiflada de la azotea... "Mis cosas" lo llamo yo, o mejor dicho, "Mis Mierdas". Mi madre me insiste en que, "así Carlita no vas a ningún sitio". Y yo sé que ir, no voy, pero no puedo evitar comprar el billete y montar en la noria que da vueltas y más vueltas hasta que me deja totalmente mareada, y hago alarde de un tesón para seguir enganchada a "mis mierdas", que no tengo para casi ninguna otra cosa. Qué curioso. Y que fatalidad.



El Solete, que ya saben ustedes que lo es, y que su paciencia va hasta el infinito y mas allá, ya no sabe que decirme. Al principio como es lógico me tomaba muy en serio. Me escuchaba, tranquilizaba, analizábamos pros y contras de todo y de nada... Vamos, un perfecto caballero en el olvidado arte de escuchar a tu pareja. Con el tiempo se ha ido dando cuenta de que escuchar sí, pero dar coba no... Gracias.



Y el caso señoras es que soy una hipocondriaca de libro. Si me confieso. Y si, espero que todas me digan: "Te queremos", porque yo ya llevo muy interiorizada la cultura anglosajona y sin apoyo constante a todo tipo de disfunciones o adicciones me siento como perdida. Total, que entenderán ustedes que mi nivel de ansiedad se haya disparado a picos no antes registrados, con todo esto del Ebola. Y el caso es que a mí no me ha dado por pensar (aun) que tengo el bichito ese infernal.



Seguro que entre el público presente se encuentra alguien que comparte mi angustia... Así que no profundizare con detalles escabrosos y morbosos de todo lo que se me ocurre a lo largo del día. Solo diré que el año pasado en uno de mis muchos peregrinajes a urgencias, la doctora que me atendió y después de relatarle mis síntomas con todo lujo de detalles me dijo: "Ah, ya veo que trabajas en el gremio". NO HAY MAS PREGUNTAS SEñORIA...






A mí de todas maneras creo que lo que me pasa es que "Me duele España" como dirían las folclóricas... Me duele ver que está hecha unos zorros y que no hay por dónde cogerla. Ni meterle la sisa, ni subirle el bajo, ni nada. Que por no tener, no nos da ni para asegurar el bienestar y la salud de la gente, y que además por lo visto la culpa es nuestra. Y aun así, pues la echo de menos, a España digo. Al fin y al cabo tu país es como la familia, te cansa, discutes, te gustaría verla solo de Pascuas a Ramos, pero tampoco puedes vivir sin ella.



Pero aun estando de NO, hay que intentar buscar el SI, porque al final me doy cuenta de que tengo tanto miedo a No Estar, que precisamente me estoy perdiendo el ESTAR. Que cosas
la estupidez humana...












miércoles, 24 de septiembre de 2014

London Calling


Querido diario,

Siento haber tardado una eternidad en volver a garabatear pensamientos a lo loco y sin sentido en el universo blogger, pero por una vez no ha sido cuestión de pereza, sino de una completa y absoluta falta de tiempo, y porque no decirlo también y aunque no sea políticamente correcto, de ganas...

Y es que los últimos meses han sido tan frenéticos que aun sigo mareada por el viaje.. Igualito que cuando te bajas de la noria y no puedes andar en linea recta ni agarrándote a una barandilla. Aun asi, creo que ha llegado el momento de anunicar al mundo virtual que de vez en cuando decide leerme, que he vuelto, y esta vez para quedarme... He cambiado el bocata de calamares, por los fish and chips, y el sol por el paraguas. Asi es, London's Calling. Vamos que mas que una llamada, ha sido un grito para hacer las maletas, gastarnos hasta el ultimo centimo que teniamos ahorrado y empezar de cero, (y tan de cero) en el "Niuyol" europeo.

Que nadie se crea que el Solete, los retoños y yo nos hemos venido a lo loco... Ambos tuvimos la gran suerte de encontrar trabajo desde España y esa fue la razon por la que echarnos el mundo por montera y hacer la apuesta mas fuerte de nuestras vidas... Porque creanme si les digo, que al principio hace mucha gracia lo de comer fish and chips, el rollo multicultural, y el Big Ben, pero al final de dia, Londres es una ciudad como otra cualquiera, con su merceria a la vuelta de la esquina y cierto toque rancio con olor a tweed enmascarado por la ola de modernitos hipster que piensan que esto es lo mas..

Y es que  desde el sofa de nuestra casa que es España una parte de nosotros sigue invadida por el Landismo (que viva Alfredo Landa!!), y fantasear con la idea de vivir en la capital inglesa nos provoca un nosesquequequeseyo y de inmediato creemos que alli nos transformaremos en una mezcla de Alexa Chung, Cara Delavigne y Kate Moss de golpe y porrazo. Que al pasear por sus calles adoquinadas, con sus singulares casas con chimeneas y elegantes señores con bombin, vamos a callar para siempre nuestro provincianismo interior y de inmediato sabremos como mezclar perlas con deportivas sin parecer la clasica señora de toda la vida que baja al mercado con chandal y tacones...

Señoras mias, he aqui lo aprendido hasta ahora, quiza no sea lo que esperan leer, y preferirian que les dijera lo maravilloso y glamouroso que es todo, pero alguien tendra que hablar claro, no?




  1. Una vez pasados los primeros momentos (meses?) de euforia, Londres es como cualquier otra gran ciudad.. Un servicio de transportes horrible, gente maleducada y unos horarios comerciales que no encajan con tu vida laboral.
  2. Esto es CARISIMO. A ver, repitan conmigo C.A.R.I.S.I.M.O
  3. La comida es mala y no se puede decir de otra manera... Que la cultura inglesa no es famosa por su cocina lo sabe todo el mundo. Que es aun peor de lo que una servidora pensaba, TAMBIEN...
  4. Las casas ideales de cien chimeneas solo se las pueden permitir unos pocos. El resto nos conformamos con vivir en un sitio decente, que no tenga moqueta en todas partes y que el barrio este lo suficientemente lejos del centro para evitar las ordas de turistas (y que no nos lo podemos permitir vaya), pero lo suficientemente cerca para no arruinarse con el transporte publico.
Pero tampoco quiero dar la impresion de que esto no sea una experiencia unica, que lo es. Aqui uno se acuesta con la certeza de tener trabajo, que siempre hay un restaurante con comida exotica al que recurrir, y que si te lo montas bien, puedes hacer mil planes por poco dinero. Ademas, mi experiencia personal con respecto a los ingleses es que son mucho mas abiertos y simpaticos de lo que me esperaba. Solo les digo que en tan solo 3 meses que llevo trabajando aqui, ya he formado el Club del Vino con mis compis (si, se como ganarmelas), cotilleamos todos los viernes mientras desayunamos juntas, y tenemos las mismas dudas acerca de los hombres...






Asi que, querido diario, queridas señoras, y bloggerismo en general, en los proximos meses ire compartiendo mis experiencias en esta nueva ciudad, en la que a veces me siento como Gracita Morales (grande Gracita) y otras como Poppy Delavigne. Mientras tanto disfruten queridas de un inicio de Otoño que promete ser muy interesante, al menos para mi.


P.S Desde aqui mil perdones por la falta de acentos... No los tengo en el maldito teclado ingles.. Alguien sabe como ponerlos? Tengo el truco para la "ñ" si alguna vez les pilla fuera de España... Solo han de mantener pulsado la tecla "alt" y escribir el numero 0241 y voila!!!

Ahora si, disfruten de este maravilloso miercoles de otoño!

martes, 25 de marzo de 2014

Te crees de 25 pero tienes 35




Empezemos con una buena dosis de realidad mañanera: Te crees de 25 pero tienes 35. Las carnes ya no son lo que eran, el pelo parece brillar menos y empiezas a sentir ligeras molestias en tu cuerpo que antes no tenías. Que si una contractura por aquí, que si un lumbaguito por allá, que si la factura del gas se te clava en un ojo. Carne de anuncio de hemorroides y estreñimiento, vaya. Que por cierto, ¿Por qué narices siempre somos las mujeres las que anunciamos este tipo de cosas? ¿Acaso los hombres no sufren también en silencio?

Pero hay algo más allá de lo físico que es lo que realmente me preocupa. Hoy me he dado cuenta de que he madurado. Así, sin más. Y es que, o he madurado, o me estoy conviertiendo en mi abuela, así que prefiero pensar que es lo primero. ¿Y qué es madurar?, se preguntarán ustedes.. Pues en mi caso dejar de anteponer mis deseos, a los de los demás. Deseos, que en muchos casos, yo he pensado, que era más necesidades, que otra cosa... No sé si a esta conclusión se llega por ser mamá, o hubiera desembocado en el mismo punto tarde o temprano...



Me empieza a parecer aburrido Facebook y me parece una pérdida de tiempo estar todo el día con el whatsapp, dale que te dale al mensajismo grupal, que empiezas con que a ver si quedamos que hace siglos que no nos vemos, y la cosa se lía hasta llenar tú tarjeta de memoría con Julios Iglesias , y lo sabes. Creo que un día me abrí una cuenta en Twitter, pero no sé ni cómo se accede, las camisetas de Zara a 9.99 me aburren y además no encuentro mi talla.. En fin... Lo que les digo, prefiero pensar que estoy madurando, porque sino todo apunta a que me estoy volviendo una CARCA.

Pero es que esto no es todo. Yo, la reina de las mudanzas (4 en 4 años) ahora, NO QUIERO MUDARME. Entrar en Fotocasa (página que tenía guardada en favoritos), me parece algo vacío e inocuo. He perdido la ilusión. Pero no se crean que es por la pereza que supone desmantelar el hogar, que yo para eso soy muy espedita y he creado una técnica muy pulida, que garantiza la instalación completa (sin cajas por abrir) en el nuevo nidito en menos de 72 horas. Es que: QUIERO ECHAR RAÍCES. ¿¿Pero qué me está pasando....??

Y así con todo. Tengo un disgusto... Que si compro un pollo entero porque es más barato que comprarlo por partes. Que si las sobras de comida se aprovechan para hacer nuevos platos. Que si limpio al Retoño con restregón de pulgar ensalivado... Que si abrígate que hace frío...

Y lo definitivo. Lo más chungo de todo. "En mi época la música era mejor que lo que escucháis ahora". Puanggg... He entrado de lleno en la senectud. Sobre todo cuando hace poco leí un artículo que hablaba del aniversario de la muerte de Kurt Cobain, del que ahora se cumplen 20 años y a mi me parecía ayer... ¿¿¿¿20 años????? ¿¿¿¿Cómo???? Pero si eso es una vida...

Por concluir y para sentirme un poco más jovenzuela, en mi defensa diré, que no soy mayor, sino algo más sabia. Y que me gusta haberme desprendido de ciertas "frivolités" de "peterpanismo" y sentir que por fín ando algo más centrada en la vida.



Una última reflexión: La fruta más jugosa, más dulce, más apetecible, es la que cae del árbol porque ya está madura. Así que yo debo estar en el momento justo para que me hinquen el diente.... ¿No creen?




martes, 18 de marzo de 2014

8 razones para dejar de intentar ser una Súpermujer




 Llego con un día de retraso a mi cita semanal con el blog, mis disculpas. El problema es que no me da la vida para nada. Me pasma la gente que además de trabajar con un horario de oficina, cuida de la casa, de los niños, compra cartulinas para las activadades del cole, prepara la cena y la comida del día siguiente, y además, TIENE TIEMPO DE HACER EJERCICIO.. Ejercicio????

¿A qué hora se levantan estas señoras? Porque mi despertador me martillea la cabeza a las 7.00 a.m y mis posaderas se vuelven a meter en la cama a las 00.30 y creanme si les digo que no he podido hacer ni la mitad de lo que me hubiera gustado y la mitad que si he podido hacer, ha sido con prisas, estrés y bastante mal humor, por cierto.


Y es que vivimos en una sociedad en la que por mucho que nos digan que dejemos a un lado el modelo de Súper Mujer, por otro no dejan de bombardearnos con ejemplos de grandes triunfadoras en el mundo laboral, que además son mamás de 3 churumbeles, están felizmente casadas, tienen hobbies y por supuesto van al gym a mantener su enviadiable físico. Y eso nos lo chutan, así sin más, como cuando te hablan de que el "must" de  esta temporada es un bolso de Prada de 2.000 euros... Oiga, será un "must" para usted, pero para mí, el must es llegar a fin de mes.

Y ahí estoy yo, entre mujer del S.XXI y señora del S. XIX. Porque a veces lo único que querría es estar en mi casa, con mis Retoños, haciendo tortitas para desayunar y separando la ropa blanca de la de color, y otras en cambio, me muero por ir el lunes a la oficina y sentirme como en Armas de Mujer, hombreras incluídas. Lo que realmente me fastidia es que no hay horas en el día para combinar ambas cosas, así que siempre tengo la sensación de no hacer "bien" casi nada... En el trabajo, porque estoy pensando en cómo estarán los niños, si comerán o no (particularmente me han salido unos Retoños poco comilones y tirando a delgaduchos...) y en casa, por si se me habrá quedado algo en el tintero en la agenda de mi jefe. Un sinvivir vamos. Ni que decir tiene cuando además hay alguna visita al pediatra o cualquier otro compromiso que se sale de lo habitual.


Mis tortitas del domingo... 

Para una persona como la menda, con cierta inclinación al T.O.C, lo de bandearse entre el caos y el desorden, está completamente fuera de lugar, vamos que me descoloca totalmente. Aunque aún recuerdo una yo, no hace mucho, más hippie, más pasota, más "vivalavirgen", vaya. Podía quedarme tumbada en un sofá pensando en lo divino y lo humano durante horas, sin una pizca de remordimiento oiga. ¡Juventud, divino tesoro! Ahora sin embargo cuando me encuentro con tiempo "libre", no sé si verdaderamente es tiempo para malgastar, o es que se me está olvidando hacer algo. Generalmente suele ser lo segundo.

Así que después de estrujarme la sesera he dado con un Plan Maestro, que consiste en seguir las siguientes pautas:

  1.  Dormir está sobrevalorado... Total, el día que consigo hacerlo durante 4 horas seguidas, me parece haber pasado la tarde en un SPA...
  2. Las pelusas son mis amigas. Decoran y además si se juntan muchas al final hacen las veces de alfombra y seguro que dan calor, así que algo de calefacción me ahorro...
  3. La Plancha: ese elemento inútil. Es mejor aprender a tender correctamente... 
  4. Asúmelo, los Reteños son divinos, pero no son modelos, así que pueden llevar cierto número de manchas en la ropa.
  5. Mis tortitas están de muerte, y la sopa de sobre, también. 
  6. ¿Quién dijo que no se puede ser romántico por whatsapp con el Solete? Si miles de adolescentes tienen relaciones por este medio yo también... Cultivando mi matrimonio versión 2.0. Tiene su gracia.
  7. El jefe podrá "soportar" que llegue 5mins tarde y que de vez en cuando me vaya a mi hora. Sobrevivirá.
  8. Ser "simplemente mujer" ya es bastante. Tiro mi capa de Súpermujer.

De momento he parado aquí, pero podría continuar si quisiera...

Y ustedes, ¿cómo llevan sus listas? ¿Alguna Súpermujer en la sala,? ¿O son más mi estilo?




Feliz Semana.







lunes, 10 de marzo de 2014

Por fin sol, al menos para algunos!






Primer fin de semana de sol y nos volvemos locos como los ingleses, cualquiera diría que vivimos sumidos en la oscuridad total. Pero lo entiendo señoras, el buen tiempo anima a cualquiera. Bueno, a cualquiera no, porque a una servidora no siempre le pone contenta. A veces un sábado de sol radiante sólo sirve para poner de manifiesto que aunque la vida te está gritando que te alegres, tú sólo quieres hacerte bicho bola debajo de las mantas.



Y es que señoras, lo cierto es que no llevamos una temporada muy animosa. Una intenta escribir de manera jovial y resaltar sobre todo, los mejores momentos, porque claro, no es plan de deprimir al personal, que bastante tendrá con lo suyo. Pero hay días que son de NO, o más bien temporadas, y nosotros estamos metiditos hasta las orejas es una de esas.


Y es que las cifras del paro nos salpican también a nosotros, la súbida de la luz y el gas hace que me plantee seriamente volver a las cavernas y quizá lo peor de todo, que mi Retoño mayor enlace un virus con otro, semana sí, semana también, me tiene completamente desquiciada. Este fin de semana lo he visto tan pachucho que me he planteado seriamente hacer guardia en la puerta de urgencias hasta que me dieran una solución, más allá del agua, el "hay que esperar", y el "si, estos virus están en el aire"... 




Y es que, si algo duele, son los Retoños. El mío, concretamente que se caracteriza por ser pizpireto, sonriente y con un punto gamberro, lo tengo más mustio que una lechuga. Quejicoso, cansado y en general con el ánimo por los suelos. Y claro, a mi, se me parte el alma... No hay manera de sacarle una sonrisa. Y ya me conocen, yo con mi imaginación desbordante, empiezo a darle caña a las neuronas y me pongo a pensar que en vez de una gastroentiritis, a mi hijo lo que realmente le pasa es que han venido unos marcianos y lo han envenenado, porque sino, no lo entiendo. Me lo expliquen por favor. 

Así que entre virus, facturas y ropa sucia, la vida doméstica anda por lo suelos. El Solete tampoco es la alegría de la huerta, creo que él también ha caído en el desánimo y en la fiebre. Esto parece una epidemía. 

Hace tiempo que dejé de considerarme exigente en cuanto a lo que le "pido a la vida". En este momento sólo quiero que Retoño mayor sonría con la mirada y que Solete sonría con el alma. Y bueno, si además este sábado nos podemos escapar en plan novios y hacer un cine con extra de palomitas, entonces ya sería la locura.

Espero que su semana haya empezado con mejor pie que la mía. Pero ya sabemos que lo que importa no son los comienzos....

¡Ánimo señoras!


lunes, 3 de marzo de 2014

De Vivan los novios, reencuentros y algo de lluvia.




Pues si señoras, por fín llegó el gran día, la primera Gran Boda de la temporada. Y menuda boda, además. De esas que te dejan sin aliento desde el principio. El novio, guapo reguapo para asombro de algunos, pero no para mí, que siempre supe ver el galán escondido tras el disfraz de montañero desaliñado. Ella, bonítisima... Con ese aura impoluta de las que se visten de blanco por convenciemiento y amor. Así que no hay duda, en cuanto la ví, se me hizo un nudo en la garganta y tuve que hacer muchos esfuerzos para no soltar una lágrima. Después de aplicar toda una paleta de grises a mis ojos para conseguir el "efecto ahumado" más me valía un poco de contención.

No faltó de nada.... Invitadas elegantísimas, algunas como auténticas divas de los años 50. Hombres de raya diplomática y gemelos, e incluso recuerdo haber visto a un "Pablo Alborán" que me ofreció callos a eso de las 00.00...  (en las bodas de mañana las recenas son a esas horas...). Pero sobre todo, lo que más abundaba era el amor. Unos novios generosos como pocos que lo único que querían era que sus invitados (350 nada menos) se lo pasaran bien. Durante todo momento sentí que ese día, lejos de ser el suyo, era NUESTRO, porque así lo quisieron ellos. Dejaron a un lado el protagonismo impuesto por este tipo de ceremonias, y se convirtieron en los afintriones perfectos de reencuentros, confidencias y música de los años 90.




Gusto exquisito por los detalles, llenos de fuegos artificiales, tartas espectaculares, bigotes de pega (aunque me consta que alguno era real) y gestos de cariño entre ellos tan sutiles que los hacía aún más especiales. La canción con la que comenzó el baile no podía ser más preciosa, Blue Valentines, de Tom Waits. Un "eriza bellos" desde el primer acorde. Soy muy fan... Viva Tom Waits...

Y luego, ya se podrán imaginar, baile y más baile. Dando vueltas como una peonza por aquella pista resbaladiza en la que lo dimos todo a ritmo de los 80 y 90, pude comprobar como el tiempo pasa pero la gente no te olvida. Y de paso, yo a ellos tampoco. Amigos que dejas en otra ciudad, y que te has hecho por casualidad, casi por accidente, pero que al verlos de nuevo te sientes como en casa y te das cuenta lo mucho que los has echado de menos durante este tiempo.

Así que ya ven, una Boda en toda regla, con su "que se besen" incluído. Pero hubo un invitado sopresa que aunque intentó deslucir el magno evento, no lo consiguió. La lluvia se presentó desde primera hora de la mañana, del brazo del viento y vestidos de temperaturas bajas. Así que, esta menda, que iba un poco de primaverita, o sea, de paleta de la capital, se quedó aterida en el paseillo hasta la iglesia. Nada que no se solucionase en cuanto me tomé el primer vino.





¡Que vivan los novios, los padrinos y los amigos!

P.D... Gracias a todos los que os acercastéis para felicitarme por el blog... Fue todo un efecto WoW para mí... aún ando ojiplática total...


lunes, 24 de febrero de 2014

Por qué a veces perdonar no es una buena idea



Soy una persona con inclinación casi patológica al perdón. Adicta a la frase: "el tiempo todo lo cura". En general me ha ido bastante bien en la vida siendo así. Me gusta darme cuenta de que al final todo pasa y que nada es tan grave como parece en un principio.

Lo malo señoras, es que no siempre el tiempo puede borrarlo todo de un plumazo. Quizá las heridas sanen, pero algunas cicatrices permanecen para recordarte que hubo un tiempo, que ahí dónde la piel ahora se junta, hubo antes algo que la había desgarrado...

Recientemente me he dado cuenta de que he estado a punto de cometer un error imperdonable. Olvidar. Olvidar que un día me sentí anulada, manipulada y ninguneada. A veces no sé si estoy más enfadada con la persona que me sometió a esa tortura o conmigo misma por haberme dejado. No sé ustedes, pero yo me considero una persona con un nivel cultural rayando en lo pedante en algunas ocasiones. Alguien que colecciona bastantes sellos en su pasaporte, y unos cuantos idiomas, aparte del patrio, con los que no me cuesta ningún esfuezo defenderme. En fin, que se me presupone cierta listeza, y sin embargo durante un largo período de tiempo hice gala de una estúpidez supina.




No es la primera vez (ni será la última) que le doy las gracias al Solete por haber aperecido en el momento justo. Por haberme ayudado a reconstruir los pedazos rotos a base de paciencia y cariño y sobre todo, de mucho sentido del amor, si, del AMOR... Y gracias a esa confianza recuperada, una día te levantas y te sientes en Comunión contigo misma y el universo. Ese día crees que te puedes reconciliar con todo y con todos, porque por fín eres FELIZ.

Sin embargo señoras, ahí está la trampa... Es maravilloso haber recuperado la FELICIDAD y la CONFIANZA. Pero el perdón para según qué personas no debe concederse a la ligera. Yo estuve a punto, como les digo... Pero hace poco ocurrió que por un malentendido absurdo con el Solete, salté como una gata en celo. Me faltó empezar a dar zarpazos, oiga. Y claro, el Solete, a cuadros. Cuando la tormenta pasó y me fui a mi rincón, me dí cuenta de lo que había pasado. La cicatriz pica, porque el daño que te han hecho es tan grande que salpica incluso a los que más quieres, y eso señoras, no tiene perdón.

Así que perdonar, si, pero a una misma, a una amiga que se le ha pasado tu cumpleaños, a tu hermana porque es tu hermana y eso está por encima de todo, y a ese vecino cabroncete que todos tenemos y que nunca se acuerda de saludarte. Pero recuerden, nunca, NUNCA  perdonen a quien en vez de hacerles sentir princesas les conviertieron en sapos y les echaron barro por encima.




Les prometo que mañana, o pasado (ya hemos hablado antes de mi problema con la constancia...), escribiré algo más ligerito... De fácil digestión.


Mientras tanto, la última frase de este post se la dedico al Solete. Por ser un hombre de los pies a la cabeza. Y, qué narices, porque me quiere a rabiar, y yo a él, más.






¡Feliz comienzo de semana!



jueves, 20 de febrero de 2014

Soñando Italia




 Te levantas por la mañana y lo primero que procesa tu cerebro es una canción que promete acompañarte todo el día. La mayor parte de las veces es como una maldición, un mantra repetitivo de alguna canción facilona que no te gusta en absoluto y te pasas el día luchando para despegarla de tu cabeza, sin ningún éxito por cierto. Pero si tenemos suerte, entonces será una de esas canciones que harán que se te remueva la vida. Una sacudida de nostalgia va a invadirte irremediablemnte, y aunque esto nos ponga algo tristonas, en el fondo señoras, nos encanta.




Nada más abrir el ojo a golpe de despertador, mi mañana olía a Italia y la banda sonora de fondo ha sido esta maravillosa canción de Elisa. Creo que a estas horas ya la habré escuchado unas veinte veces, y cada vez que le doy al "play" me lleno de miles de recuerdos distintos.

Siempre he estado ligada a Italia, desde pequeña. Así es señoras. Ya a mis catorce añitos quedé segunda en un concurso de dibujo en el que el premio eran unos libros de arte en italiano y un año gratis para aprender el idioma. Al final nunca reclamé el premio. Me pareció algo aburrídisimo en aquel momento. Lo que no me imaginaba es que años más tarde se convertiría practicamente en mi segunda lengua. Porque la vida es así, ya lo saben, una ironía constante.

Así que 7 años después hacía las maletas y me iba un año a vivir a Milán. Algún día les contaré con detalle aquella historia. Llena de dificultades, desencuentros y momentos fabulosos que me hicieron crecer de golpe. Una ciudad fascinante y cruel (al menos lo fue para mí ) que me dió mucho más de lo que esperaba.
Fue entonces cuando mi vida quedó ligada a este país para siempre.

Hoy, gracias a mi banda sonora particular, escucho a sus gentes y algunos incluso con nombre y apellido. Veo banderas de colores que se mueven a ritmo de carrera de caballos en la imponente Piazza del Campo de Siena. Cipreses infinitos que me acompañan en un viaje único. Recuerdos que van desde los 14 hasta los 34 años. Dos décadas. Me da vértigo. Ya empiezo a tener "una edad". El tiempo ha pasado muy rápido y pocas cosas han permanecido durante estos años, ya se imaginan... Pocas cosas, salvo Italia. Siempre ahí, esperando sigilosa a que tal vez un día decida volver a hacer las maletas y embarcarme en otra aventura. El Solete que es muy sabio y aguanta lo que no está escrito, me deja Volare, me compra camisetas de rayas y aguanta peliculas en versión original de las que al final sólo entiende Ciao Bella! Me mira, se sonríe y piensa: "Hoy tiene los ojos llenitos de Italia."

Y así, con los ojos llenitos de Italia y una parte de mi corazón entregado a esas tierras irá pasando mi día.
Señoras, les dejo con una última canción, que resume mi historia de amor con este país, usen el traductor de Google y entenderán por qué.






¡Feliz jueves!

martes, 18 de febrero de 2014

Inspiración Fashion Week 2014



Después de una serie de investigaciones personales y sin nigún rigor científico, he descubierto un remedio infalible contra la falta de inspiración. Una cura definitiva para el bloqueo y una maravilla contra la mediocridad: TRABAJAR.

Puede que ustedes además piensen que un paseo por el campo, una copita de vino, o una llamadita a una amiguísima, sean herramientas útiles para romper la parálisis del folio en blanco, o post por estrenar. Pero para una servidora, con tendencias disperso-flocóricas cualquier distracción es letal... Y es que una vez que te calzas el estilismo campestre y te pones a caminar, entre flor por aquí, y paisaje por allá, cuando te quieres dar cuenta es hora de bañar a los Retoños y chimpún,  no queda tiempo para plasmar ningún bucolismo.

Así que señoras, dejénse de excusas de libro de autoyuda. Cuando a una le da por pensar que no tiene nada que contar, o que si tiene, pero no sabe, lo único que realmente hace falta es ponerse a la faena. Al fin y al cabo ahora tenemos una cosa maravillosa llamada Control Z. Para mí uno de los mejores inventos después de la penicilina, la plancha para el pelo y los vaqueros pitillo con elastán.

Esta vez no voy a rendirme, así que ando todo el día lápiz en mano y a la caza de la inspiración. Que si una Fashion Week por aquí, que si uno de mis ilustradores favoritos por allá... Y fíjense que sin darme apenas cuenta, voy llenando un montón de folios y parece que por fín romperé con la maldición de los cuadernos inacabados.

Juanjo Oliva Fashion Week 2014


Ahora que tenemos Arco a la vuelta de la esquina, les recomiendo que llenen sus vidas de color. Que elijan una exposición que les apetezca, se pinten el morro y corran a llenar sus ojos y espíritus de preciosuras varias que a veces cuelgan de las paredes. Pero no se olviden de lo más importante: ¡hay que remangarse el refajo y ponerse manos a la obra! Al final va a tener razón mi madre (como siempre): ¡Hija, lo úníco que realmente te falta, es la CONSTANCIA!


¡Señoras les deseo un día lleno de inspiración y de trabajo!







Amaya Arzuaga Fashion Week 2014

viernes, 7 de febrero de 2014

Dos Bodas, una Comunión y 4 kilos de más


 Pues si señoras, ya llegado esa maravillosa temporada del año en el que nuestras agendas de Mr. Wonderful, se llenan de eventos y celebraciones. Esa época en la que una empieza a pensar en tonos pastel, gabardinas y jeans descoloridos. Esa época... en la que después de intentarte embutir en un vestido te das cuenta de que o te apuntas ya, pero YA, a un gimnasio o desde luego no llegas a la operación bikini...

Y es que, la primera boda de la temporada la tengo el 1 de Marzo, y no se ustedes, pero yo aún no me he "desinchado" de las Navidades. Vamos, que salvo por el turrón, sigo tragando cantidades ingentes de comida y me muevo lo mismo que una marmota... Así que ayer saqué del aramario un vestido ideal que aún no había estrenado y después de necesitar ayuda para:

1. Meterme en la faja.
2. Cerrar el vestidito

Al girarme para ver mi imagen en el espejo se me escapó un grito ahogado de espanto... Yo, que me estaba viendo mentalmente como una diva de Hollywood, de esas con curvas y todo en "su sitio", me doy cuenta de que soy más bien formato Muñeco Michelin. Bueno, es cierto que la faja cumplía bastante con su cometido, pero nadie habla de que, ahí donde termina la faja es donde aparece el michelín... Es un tema, para mi gusto, del que debería abrirse un foro debate... ¿Qué opinan?

Pero en fin, ahora parece que me lo tomé con mucho humor, pero ayer no me hizo ni pizca de gracia, se lo puedo asegurar. Es más, miré al Solete con aire de Dama de las Camelias y le dije:

_¡Yo a la boda no voy!

El problema señoras, es que no sólo es esta boda.. es que tengo otra más adelante y además una Comunión... Vamos, que más me vale ponerme en forma, porque estamos entrando en una dinámica de eventos de la que no hay salida... Y puede que piensen que estoy exagerando, o que el aspecto físico tampoco es crucial. Desde luego yo eso también lo pienso... Pero a la vez son los primeros actos sociales a los que acudo después de dar a luz a mi Retoño número 2, hace 8 meses y como que una siente la presión más que nunca. Cansada de leer lo que dicen las súper modelos, gente de la farándula y guapas varias, que a los tres meses de dar a luz se han quedado "igual que antes", y viendo que yo ya he superado con creces esa barrera y sigo con mis redondeces, empiezo a sospechar que algo no debo de estar haciendo bien.

Señoras del mundo en general, y mamás en particular, ¿cuándo vamos a dejar de vivir a dieta permanente? ¿Cuándo vamos a dejar de pensar que nos sobran, "4 kilitos nada más"? Cierto es, que en el día a día siempre tenemos a un "bicho palo" a nuestro lado, en el trabajo, en un grupo de amigas, o la vecina del 5º, pero oigan, ¡quizá ellas están deseando ganar 4 kilitos de más!

Al final he decidio que es muy chic ir de pantalón a una boda al mediodía... Así que ahora ando a la caza y captura de un pantalón de talle alto, caída y tejido espectacular... y que no me cueste más de 50 euris, que no están los tiempos para el derroche... Vamos, que es más fácil que adelgace esos 4 kilos y me meta en el vestidito ideal que me probé ayer, que encontrar el dichoso Pantalón Milagro...

Hoy es viernes señoras, mi consejo es que saquen del armario sus complejos, se pinten el morro de rojo, y se suban a un tacón (o se pongan sus deportivas favoritas, que he visto que ahora son lo más en el mundo fashionista), ya pensarán en dietas, gimnasios y demás torturas el lunes.



¡Qué pasen ustedes un feliz fin de semana!

jueves, 6 de febrero de 2014

Érase una vez: el Amor de Madre, para Gabriela.



En un lugar muy muy lejano, érase una vez, una niña que en cuanto abrió los ojos al venir al mundo, supo lo que sería de mayor.
-¡De mayor voy a ser Mamá!

Fueron pasando los años, y un día de lluvia, la niña estaba jugando en su cuarto con sus muñencas, cuando de repente las ventanas se abrieron de repente por el viento y éste destrozó todo con lo que la niña estaba jugando.
-¡Maldito viento! ¡Odio el viento, odio la lluvia! ¡No puedo salir fuera a jugar, me tengo que quedar encerrada en este cuarto!

Las palabras de la niña enfadaron mucho a la Naturaleza y ésta habló con el Destino y le lanzaron una maldición:
-¡Niña, has ofendido a las fuerzas de la Naturaleza, por eso el Destino no te concederá aquello que tanto deseas!
La niña estaba enfadada y en ese momento no sabía a qué se refería con eso del Destino, así que no le prestó demasiada antención.

Fueron pasando los años y la niña creció olvidando completamente aquella maldición. Un día, por fín apareció su Príncipe Azul.
-No puedo ser más feliz, he encontrado al amor de mi vida y podré ver cumplido mi sueño de ser Mamá.
Después de algún tiempo empezó a darse cuenta de que su Bebé no llegaba y pensaba:
-¡¿Cómo puede ser que deseando tanto ser Mamá, no lo consiga?! Y entonces se acordó de la maldición de cuando era niña.
-¡Oh, nunca podré ser madre! Lloraba y lloraba mientras se repetía esas palabras.
Sin embargo había una pequeña luz en su interior que le susarraba al oído:
-Si de verdad lo deseas, lo conseguirás. Nunca dejes de perseguir tus sueños.

Un día caluroso de verano, estando en el jardín, se sentó a ver como una abeja revoloteaba perezosa encima de una flor. Mientras la observaba notó un cosquilleo en su barriga:
-Debo tener hambre, pensó, sin saber que aquello no era hambre sino que algo estaba pasando en su interior. Sus deseos se iban a ver cumplido en un plazo de 9 meses.

El día que por fín le iba a ver la cara a su bebé se encontró con una gran sopresa. ¡No era un bebé, sino que eran DOS! Una niña y un niño preciosos y sanos, con la piel sonrojada y la paz reflejada en sus caras.
La maldición del Destino se había roto porque ni tan siquiera éste puede luchar contra la Ilusión, los Sueños y el Amor de una Madre, inlcuso aunque ésta aún no lo sea.




¡Felicidades ... os lo merecéis los cuatro!



lunes, 3 de febrero de 2014

Quiero ser una Mamá Cuentista




Me confienso una gran cuentista y con una imaginación desbordante. Así, de pequeña me facinaban historias como "Las Zapatillas Rojas" o "Las doce princesas bailarinas". Las leía una y otra vez con un apetito voraz y metiéndome tanto en ellas, que terminaba soñando despierta con la certeza de que existían otros mundos fantásticos y que sólo tenía que descubrir cómo llegar hasta ellos. Quizá el cuento que más me gustaba por encima del resto fue "La Reina de las Nieves", que hacía que me transportara a un universo nevado con una gran reina malvada y un estilismo digno de John Galliano.

Siempre que nieva siento un cosquilleo en el estómago con tintes infantiles, que con cada copo que va cuajando va tiñendo de blanco también mi madurez responsable, convirtiendo mi espíritu treinteañero y de "sabelotodo", en una inocencia renovada.

Nunca antes tuvimos tantas normas para todo, tanto acceso a la información de manera inmediata, tanto contacto con otras personas de otras culturas y a la vez, nunca antes estuvimos tan perdidos. Cada vez que miro a mis Retoños siento en el fondo de mi alma cómo debo educarlos. A cada paso que doy es como si supiera cual es el siguiente de manera natural. Sin embargo no me dejo llevar por mi instinto y me confundo constantemente con las nuevas "teorías" de la educación.

Unas teorías que han olvidado al niño y que sólo prometen "ayudar" a los padres. Y además, estarán de acuerdo conmigo señoras, en que ahora más que nunca, estamos dejando un legado de niños maleducados y caprichosos, seguramente incapaces de desenvolverse por sí mismos en un futuro.

Pienso en mi madre. Ella nunca tuvo teorías a las que recurrir, tenía algo mucho más poderoso y que probablemente a más de uno le sonará a chino, tenía: "Sentido Común". Ese que te dice cuándo debes abrazar y besar, y cuándo has de castigar. El mismo que sabe que tanta tarta hara "que te duela la tripa" y que sino te abrigas "te cogerá el frío".



Ya saben, antes aprendíamos a decir por favor y gracias casi al mismo tiempo que mamá y papá. Teníamos muy claro que iban a existir más "Noes" que "Sies", y que caerse y hacerse un chichón, no sólo era la única manera de aprender, sino que además era un motivo de orgullo para compartir con los amigos en el recreo. Y así fue la infancia de la mayoría de nosotros. Infancias felices, sin traumas, llenas de historias y cuentos. Porque también nos dejaban SER niños. Jugar con lo que había por casa, ir a visitar a los abuelos vestidos de princesas o piratas, e incluso cenar tarta una vez cada tanto, sin prestar atención a los churretes de chocolate del píjama, o a la nochecita toledana que seguro les íbamos a dar con el ya vaticinado dolor de barriga. Así que al mirar por la ventana y ver como mi ciudad se tiñe de blanco, pienso en mis dos Retoños y me hago la promesa de querer ser una madre de las de antes.

Quiero ser una mamá cuentista, lanza-zapatillas y campeona nacional de limpieza  facial "niñil" con pulgar ensalivado. Pero sobre todo, no quiero "sacar" tiempo para mis Retoños, sino quitárselo a todo lo demás, porque al fin y al cabo, señoras, un día quise ser madre con tanta fuerza que al final lo conseguí.

Ahora cierren los ojos y recuerden el olor de sus madres. El más maravilloso del mundo. El único recuerdo que jamás se perderá y que se ha quedado pegado a la piel de nuestra alma a golpe de beso.





martes, 28 de enero de 2014

Cazando mariposas



_"La tierra es redonda"
_'¡Loco! ¡Qué dices! Si es más plana que un plato...

Y ya sabemos todos cómo acabó aquella historia, ¿no? Ahora comemos hamburguesas y los pantalones vaqueros se llaman "denim" y los llevamos hasta en la oficina....Qué sería del mundo sin los soñadores, sin la gente que cree tener una buena idea y lucha hasta ver dónde puede llegar.

Hoy he soñado que estaba sentada en un prado verde, en un día de primavera allá por el final del S.XIX, y que mientras miraba hacia el suelo con ese aire soñador de las mujeres de aquella época, coronoba mi cabeza un impresionante sombrero del que caía un velo de red lleno de mariposas de colores que revoloteaban a mi alrededor.



La cena de ayer fue ligera, así que tanto bucolismo onírico no se debe a una indigestión nocturna. Más bien lo achaco a la necesidad de continuar en el camino que he trazado y de seguir la senda de las baldosas amarillas en busca de Oz. 

Noto, sin embargo, cierta reticencia a mí alrededor hacia tanto positivisimo y creo que una minoría cada vez mayor empieza a llamarme la La Loca de Chaillot en cuanto me doy la vuelta. Y si, señoras, llámenme loca, por qué no, pero a mi me recorre un "j´ai ne sais quoi" pensando en que tengo la obligación de perseguir aquello que anhelo y que no encuentro motivación mayor que la de mi propia felicidad y la de mi familia.

Pero de desalentadores está el mundo lleno, no se vayan a pensar. Quizá esto sea el mayor obstáculo para perseverar en la ilusión de crear tu propio destino. Estas personas con cierta inclinación "ceniza" y abanderados siempre por el lema: "te voy a poner en la realidad, que te veo muy perdida mona", son tan nocivas como esos miedos a los que hacía referencia hace no mucho en este mismo blog. 
A medida que arranco días de este neonato 2014, empiezo a darme cuenta, de que quizá el único próposito para este año sea encontrar el equilibrio entre, "la realidad de la vida, chata", y lo que una servidora se ha propuesto conseguir en la vida. Siempre está bien tener alguien al lado que baje un poco tus vuelos cuando te da  por lanzarte a una piscina que ni tan siquiera tiene agua. Pero señoras, la línea entre proteger a alguien a quien quieres, y desmotivarlo, es tan fina que hay que andar con pies de plomo a la hora de regalar opiniones. 

Quizá crean que no estoy muy acertada cuando mi Retoño mayor se atasca en algo y me dice: "mamá, no puedo", y yo le contesto: "Si que puedes, sólo que aún no sabes". Puede que esté lanzando al mundo otro soñador, y termine persiguiendo mariposas en vez de "hacer cosas de provecho", pero a veces se me pasa una idea loca por la cabeza: ¿Y si, de tanto hacer cosas de provecho, estamos cómo estamos? 




Creo que hasta ahora no he comentado que mi Retoño tiene dos añitos practicámente recién cumplidos. Pues bien, este muchachito que aún tropieza sobre sus pies al caminar y a duras penas sabe quitarse el abrigo solo, ayer se hizo una tortilla para cenar... Si señoras, han leído bien... Su madre, confió en él... y de repente, solito, cascó el huevo, lo batió, puso una pizca de sal y añadió unos trocitos de queso para rematar la faena. 

Me explico, superdotado no es, eso ya se lo digo yo, y además estuve a su lado todo el tiempo que duró el proceso "tortillil". Y por supuesto hubo derrame de huevo, trozos de queso en la mesa y el perro se relamía sólo ante la posibilidad de que acabase todo el suelo. Pero él hizo su tortilla. Si mañana se convirtiera en el nuevo Arzak todo el mundo creerá que es debido a esa primera tortilla "desestructurada", porque "ya tenía mano". Pero no la tenía... lo que si les aseguro es que de lo que si iba sobrado, era de ganas e ilusión.

Ya saben que la tierra al final era redonda, y por eso, yo ya he encargado mi sombrero con mariposas, no vaya a ser que algún día los soñadores terminemos por tener razón...




¿Qués la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión
una sombra, una ficción, 
y el mayor bien es pequeño; 
que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son.

"La Vida es Sueño" Calderón de la Barca




lunes, 27 de enero de 2014

Mi primo, el Solete y una historia de amor.



La primera vez que vi a mi Solete fue hace tantos años que ni tan siquiera él se acuerda... Y doy gracias de que no sea así, no se vayan a pensar, porque entonces yo acababa de cumplir los trece y él estaba ya en la universidad, o sea, no hubiera sido bonito, ni legal.

El caso es que yo lo ví en casa de mi primo y pensé: "vaya"... Un vaya que esconde tantas cosas como una pipiola de esa edad, pueda pensar del amigo "guaperas" de su primo... ya me entienden...

Obviamente la historia continúa. Unos ocho años más tarde nos encontramos en un acto social de carácter festivo, en el que la diferencia de edad ya no parecía tan escandalosa y además ya era legal. Después de unas copas y unos bailes, hubo un que "sí que no", que se quedó más en el NO que en el sí. Yo entonces estaba "ocupada" con un muchacho de mi edad, que más me hubiera valido que no me hubiera entretenido ni cinco minutos con él. Pero ya saben, a los 22 una es tonta de remate. Así que, un poco por eso, otro poco porque el Solete vivía a unos 5000 kilómetros de distancia, y otro tanto porque mi primo dijo que "naranjas de la china", aquello acabó antes de empezar.

Hace unas pocas entradas hablé de una llamada que cambió mi vida. Y esa fue la tercera vez que el Solete y yo nos encontramos y ya no nos separamos. Muchas veces decimos en plan romanticón que nos unió el destino, otras pienso que el que nos unió fue mi primo. Y otras, que simplemente encajas con alguien y no hay que darle más vueltas.

Sin embargo pienso en la suerte que tengo. No se crean, no siempre ha sido así. Hasta llegar donde estoy ahora, he sufrido mucho y llorado aun más. Me he perdido unas cuantas veces por el camino. Y hasta dejé de ser yo misma durante unos cuantos años, porque pensé que era mejor convertirme en la persona que otro quería que fuera. "Así me querrá más", pensaba yo... Un día decidí que me quería más a mí que al otro fulano y que había que cortar por lo sano.

Lloré, me enfadé y me alquilé un piso. Y el resto ya lo saben. Solete apareció en mi vida y la llenó de luz y confianza. A veces hablamos, como hablan los enamorados, ya saben, en bajito, y nos damos cuenta de lo afortunados que somos porque vivimos la relación intensamente. Escuchamos otras historias, llenas de desencuentros, dificultades emocionales, y demás idas y venidas, y ahí sólo veo sufrimiento, no amor. Después de haber vivido las dos caras de la moneda, me doy cuenta de que precisamente el amor llega de puntillas, y se queda sin pedirlo.

Un día te levantas, las sábanas están revueltas y tu pelo también. Miras a tu alrededor con ojos de mirar sin ver, y te das cuenta de que hay algo diferente en tu habitación. No son los muebles, ni el perro, que sigue durmiendo en su rincón. Eres tú, que has descubierto que se puede amar de verdad.



 Y eso, señoras, creanmé que es la sensación más maravillosa del mundo. 










miércoles, 22 de enero de 2014

Un día de FURIA. 5 Maneras para sobrevivir usted y los que le rodean.



¿Conocen esa película de Michael Douglas en la que un día se levanta "calentito" y es mejor no cruzarse con él? Seguro que si, al menos de oídas. Y una se plantea:

¿Al día de furia, se llega por casualidad o se va fraguando en el interior hasta que de repente : "explota explota me explo..."? 




Sea como fuere, aquí van 5 maneras para sobrevivir a UN DÍA DE FURIA (y de paso hacer que los que le rodean salgan indemnes) :




1. Admitámoslo, hoy no van a ser simpáticas. Ni agradables. Ni tan siquiera educadas. Así que mejor no se relacionen demasiado con los demás... Si su trabajo es como el mío y no les queda más remedio, entonces siempre ayuda imaginarse en un contexto distinto. Por ejemplo yo me veo a mi misma como una de esas amas de llaves inglesas de antaño, tan serviles por fuera pero veneno puro por dentro... En realidad son las que manejaban el cotarro, controlandolo todo pero sin "hacer ruído" y eso, MOLA....

2. Humor. Si, ya sé, hoy no tienen el día para chistes. Yo tampoco.  Pero un poco de humor no va a empeorar las cosas... Yo para momentos así, elijo un clásico del club de la comedia americana: Achmed the dead terrorist. Para las señoras que llevan el inglés sólo "regulero" (nivel medio hablado y escrito, ya saben..), les dejo este otro enlace, más breve pero hilarante, un clásico del cine.

3. El vino siempre ayuda. Ya lo saben. Soy fan. Peeeeero, son las 10.00 de la mañana y estamos en la oficina. NO QUEDA BIEN. Pero un cafecito con esa compañera que todas tenemos y con la que     despacharnos a gusto criticando al mundo, es casi tan balsámico como un Riojita.




4. La música amansa a las fieras. Al menos eso dicen. Youtube, esa gran fuente de recursos, nos ofrece cualquier melodía que imaginemos. Yo les aconsejaría que huyeran de canciones que sigan arengando su estado furibundo. Mejor algo sencillo, facilón y que sin duda bailaríamos incluso delante del jefe, Single Ladies.

5. Por fin estamos de vuelta en casa. No hemos matado a nadie y aún conservamos nuestro puesto de trabajo. Hora del baño.... Un clásico... Espuma, sales, y velitas. Ojo con las velas, no vayan a quemar las cortinas... Y en ese momento ya está permitido además, llevarse una copita de vino.

Pero sin duda lo que más me consuela  es que hoy "también pasará". Citaré a mi abuela, una señora de la que hablaré muchas veces por sus inumerables cualidades. En este caso uno de sus dichos que más me gusta es: "¿Alguna vez viste que lloviera y no parara?"



Cierren el paraguas señoras, la tormenta está a punto de pasar



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lunes, 20 de enero de 2014

Ilustrando la vida


Acabé estudiando Bellas Artes por casualidad, o por vagancia, aún no lo tengo muy claro, porque eso de empollar un tocho de letras, no lo veía... El caso es que a mi siempre me gustó hacer dibujos en los márgenes de los libros, hacer viñetas y copiar los personajes de Disney de la época. Sin duda el que más veces he reproducido ha sido la Hipopótamo bailarina de Fantasía. Siempre me ha hecho mucha gracia el contraste entre un animal gigante y torpón con la sutileza de una bailarina de ballet. Fetén.

Me encantaría decir que fuí de esos espíritus creativos y bohemios de la facultad, que todo lo que tocan se convierte instantáneamente en arte. Ya saben, esas personas que tienen la capacidad de trasnformar cualquier objeto en pieza de museo. Me confieso sin embargo de las mediocres... De las del 5 pelado. Quizá es que yo, de bohemia excéntrica poquito, o nadita incluso. Tanto es así, que he terminado en uno de los trabajos menos artísticos de la historia, SECRETARIA.




Y sin embargo, desde que dejé las aulas, el dibujo me persigue de manera casi obsesiva. Es cierto que va por temporadas. Puedo pasarme felizmente 6 meses sin coger un lápiz, pero de repente un día me levanto con una urgencia terrible y entonces comienzo con una oleada de dibujos, recortes, bocetos, compra compulsiva de material...Pero también me convierto en una persona un tanto huraña y reservada, porque esa fiebre "dibujil" suele ir acompañada por inseguridades y temores varios. Al final éstos últimos suelen vencer a mis ansias ilustradoras y dejo aparacados mis lápices con la excusa de que me falta tiempo.


¡Los monsturos acechan mi cabeza y no me dejan pensar!

El temor señoras, está claro que es algo tremebundo. Un "frena pies" total. Y no sólo en lo que a una servidora le gustaría hacer para ganarse la vida, sino en otros muchos aspectos también. Con los Retoños, por ejemplo, todo lo que les rodea te da un pavor horrible, o con cosas más mundanas, como esas veces en las que preparando la maleta para coger un avión se siente ese canguelo en el estómago de un "y si..."





En fin, ojalá con estos Delirios una sea capaz de vencer los monstruos que se esconden en el armario, o al menos hacerlos chiquititos para poderlos vestir de lunares y en vez de miedo provoquen risa.



¡¡Acuérdense señoras, vistan de lunares sus miedos!!

Feliz Lunes